Muchas veces, el poder tener una excusa para culpar a los demás puede servir como mecanismo de defensa ante la angustia que podría causarle a las personas el sostener el deseo que lo habita, o también, para no responsabilizarse de una situación de que la que se goza y que genera cierto placer.
Hacer un análisis es en primera instancia un conocimiento sobre sí mismo, lo que implica reconocerse en eso que nos sujeta. Es aceptar que tenemos responsabilidad propia en las elecciones que tomamos, y que por lo tanto, no elegir, no hacer nada cuando es posible hacerlo, es también elegir.