Ansiedad y estrés

Para el psicoanálisis, la ansiedad y el estrés son fenómenos psicológicos que tienen una gran importancia en el estudio de la mente y el funcionamiento psíquico. Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, dedicó gran parte de su trabajo a investigar y comprender estos fenómenos.

Según el psicoanálisis, la ansiedad y el estrés se originan en los conflictos internos y dinámicas inconscientes. Freud identificó tres tipos principales de ansiedades: realista, moral y neurótica.

La ansiedad realista se refiere a la respuesta natural de una persona ante una situación peligrosa o amenazante en el mundo exterior. Por ejemplo, cuando uno está en peligro físico inminente, como estar en medio de un incendio o en un accidente de tráfico. En éste caso, la ansiedad tiene una función adaptativa y puede ayudar a movilizar recursos para hacer frente a la situación.

La ansiedad moral, por otro lado, se relaciona con la conciencia y las normas morales internalizadas. Surge cuando una persona se enfrenta a conflictos entre sus deseos internos y los que considera socialmente aceptables o moralmente correcto.

La ansiedad neurótica es la forma más relevante para el psicoanálisis y está estrechamente relacionada con los conceptos freudianos de conflicto y represión. Según Freud, la ansiedad neurótica se origina en los conflictos inconscientes entre los impulsos y los deseos reprimidos y los mecanismos de defensa para mantenerlos alejados de la conciencia.

Para el psicoanálisis el estrés también puede estar vinculado a éstos mismos procesos. El estrés se experimenta cuando una persona se enfrenta a demandas o presiones externas que superan su capacidad para hacerles frente.

En el tratamiento psicoanalítico de la ansiedad y el estrés, se busca explorar y trabajar en el nivel inconsciente para desentrañar los conflictos subyacentes y los mecanismos de defensa. Al hacer consciente lo inconsciente, el psicoanálisis busca liberar la energía psíquica reprimida y proporcionar al individuo una mayor capacidad para hacer frente a la ansiedad y el estrés de manera más saludable y adaptativa.

¿Por qué el Psicoanálisis?

Como psicoanalista, mi enfoque se basa en la comprensión y exploración de los procesos inconscientes y las motivaciones internas de mis pacientes. Considero que la mente humana es compleja y que las experiencias pasadas, los conflictos no resueltos y los deseos reprimidos pueden influir en el comportamiento y el bienestar emocional de una persona.

En mi trabajo como psicoanalista, me centro en establecer una relación de confianza y empatía con mis pacientes. Brindándoles un espacio seguro y libre de prejuicios para que puedan explorar y expresar sus pensamientos, emociones y preocupaciones más íntimas. Escuchando atentamente el relato y prestando atención a los detalles, los patrones recurrentes y los lapsus freudianos, buscando pistas sobre los conflictos subyacentes y las defensas psicológicas utilizadas.

Utilizando la transferencia y la contratransferencia, se reconocen las dinámicas emocionales y cómo las relaciones pasadas pueden influir en la relación terapéutica. Trabajando sobre los sueños y los lapsus lingüísticos como vía para acceder a contenidos inconscientes, descubriendo así significados ocultos.

Es importante también, desarrollar una mayor conciencia de sí mismo y construir narrativas más coherentes y significativas para sus vidas.

En resumen, como psicoanalista, tengo un enfoque profundo y reflexivo para comprender la mente humana y el trabajo, en colaboración con el paciente, ayuda a desarrollar una mayor autoconciencia y a promover un crecimiento personal y emocional.

La adicción al trabajo

Cuando las personas dejan de lado sus necesidades de tiempo libre, intimidad y familia y se convierten en una especie de máquina podemos decir que hay una cuestión un poco patológica en el mundo laboral.

Son hogares donde sólo se valoran los resultados y el único criterio para la autoestima es el éxito, hogares donde los niños heredan éste modus operandi como si fuera el color del pelo.

El problema es cuando comienza a fallar y se produce lo que hoy llamamos el «burnout».

Angustia. Miedo. Terror

La angustia es un estado que prescinde del objeto, se trata justamente de un peligro al que no se le puede dar un nombre. El miedo dirige la atención hacia el objeto y el terror es un efecto del peligro para el que no hay preparación. La angustia se refiere a al percepción de un peligro con «apronte angustiado», el terror pone de resalto el efecto de un peligro percibido «sin apronte angustiado». Tematiza variedades subjetivas según se haga presente «la preparación o no preparación» frente al peligro. Freud afirma que la angustia protege del terror.

El nódulo en derredor del cual se ha cristalizado lo remite a una impresión pretérita perteneciente a la prehistoria de la especie y no del individuo: el acto de nacer.

La angustia es la reproducción, entonces, de un antiguo suceso peligroso: está al servicio de la autoconservación y nace de magnitudes de excitación que se han hecho inutilizables.

La palabra angustia, del latín angustiae=estrechez, hace resaltar la dificultad para respirar, y corresponde al momento en que el nuevo ser se ha separado del cuerpo de su madre, prototipo de una vivencia de peligro que carece aún de contenido psíquico. Cuando se construye el «objeto madre», la pérdida de la percepción del objeto se equipara a dicho peligro: peligro a la pérdida del objeto (de amor).

¿Qué es el inconsciente para Freud?

El inconsciente se ha convertido en un término ampliamente utilizado, pero Freud se refería a algo bastante específico. Rechazó la noción de una ¨segunda conciencia¨ y criticó la visión mística de que todos los humanos están conectados a un mismo inconsciente universal.

Freud estaba interesado en un inconsciente dinámico, compuesto de ideas que han sido expulsadas de la conciencia por un proceso de la represión.

Esto es muy diferente a las ideas que están fuera de la conciencia pero que pueden volverse conscientes con bastante facilidad, lo que Freud llamó preconsciente.

Una característica clave de la teoría freudeana es que las ideas pueden ser tanto inconscientes como activas al mismo tiempo. Tuvo cuidado de señalar que la represión no disminuye su intensidad. De hecho, afirmó, son los «representantes» de poderosos impulsos corporales que buscan satisfacción.

A pesar de no ser conscientes de ellos, continúan imponiéndose e influyendo en nuestras vidas, y la represión implica un esfuerzo constante por mantenerlos a raya.

Características del inconsciente:

Permite que ideas contradictorias coexistan.

Sus contenidos no tienen grados de «certeza» en la forma en que los tienen las ideas conscientes.

Las ideas inconscientes no están dispuestas en orden cronológico.

Freud describió un sistema complejo y altamente organizado que opera de acuerdo a las leyes del lenguaje.

Un método terapéutico:

A través de la asociación libre, Freud buscaba rastrear los desplazamientos y condensaciones que habían llevado a la formación de sueños, lapsus y lo más importante, los síntomas de los pacientes.

Resistencias al análisis

Es todo aquello que, en los actos o palabras del analizado se opone al acceso de éste a su inconsciente. Esta se considera un obstáculo para poder comprender lo significados de los síntomas, un impedimento para la tarea analítica y una oposición incluso al mismo analista.

Los pacientes se resisten a la tarea analítica, de manera involuntaria, para salvaguardarse del dolor emocional que implican sus conflictivas. Es un fenómeno que puede causar extrañeza, desconcierto e incluso desesperación en el terapeuta, ya que se manifiesta como un actitud contradictoria en el paciente. Por un lado, consulta y pide ayuda para resolver sus problemas y , por el otro, hay una serie de situaciones que dan cuenta de lo contrario, por ejemplo, permanecer en silencio, llegar tarde, cancelar sesiones, etc.

Las resistencias en el análisis le suceden al paciente. Es éste quien tiene dificultades para dejarse ayudar y profundizar en sus conflictivas, y quien, inconscientemente, va «en contra» del trabajo analítico.

Sin embargo, tomando en cuenta que el trabajo analítico implica dos mentes trabajando con fenómenos del inconsciente, ¿acaso el analista no es también susceptible de oponer resistencias al trabajo analítico?.

De esta forma, el avance en el trabajo analítico encuentra también obstáculos en la mente del terapéuta.

Por lo anterior, es vital que los analistas tengamos un espacio analítico personal donde podamos trabajar todas esas resistencias. En la medida en que estemos dispuestos y logremos llegar a los contenidos más primitivos, conflictivos y profundos de nuestra mente, mayor posibilidad tendremos de lograr dicho contacto con la mente de nuestros pacientes y ayudarlos a progresar y desarrollarse emocionalmente.

¿Cuál es tu propia parte en el desorden del que te quejas?

Muchas veces, el poder tener una excusa para culpar a los demás puede servir como mecanismo de defensa ante la angustia que podría causarle a las personas el sostener el deseo que lo habita, o también, para no responsabilizarse de una situación de que la que se goza y que genera cierto placer.

Hacer un análisis es en primera instancia un conocimiento sobre sí mismo, lo que implica reconocerse en eso que nos sujeta. Es aceptar que tenemos responsabilidad propia en las elecciones que tomamos, y que por lo tanto, no elegir, no hacer nada cuando es posible hacerlo, es también elegir.

Sobre la pasión

El significado de la palabra «pasión» tiene que ver con su cualidad vivencial excepcional. La palabra se origina en el verbo latino patior (pati, passus), y su principal acepción es «sufrir»: sufrimiento , tolerancia. Implica una tendencia hacia la tolerancia.

La palabra implica relación con el objeto y , además, la vivencia tanto de lo extraordinario del amor que se sublima como de las claras pero elusivas variaciones en el espectro del sufrimiento.

Para alcanzar la pasión, el individuo debe ser capaz de soportar la evolución de sentimientos potencialmente dolorosos, «sentimientos premonitorios¨ en términos bionianos. Este proceso incluye, necesariamente, vivencias de catástrofes, porque los viejos significados deben desmoronarse para que puedan construirse otros.

Puesto que la pasión emerge en un contexto de ausencia e incertidumbre , implica tolerar la fractura de sentido. Este, a su vez, requiere «pasión» para ser integrado al proceso de pensamiento necesario para la tarea psicoanalítica (y para toda actividad creativa).

La pasión exige tolerar el sufrimiento y las sensaciones desorganizadoras -e, incluso, aterradoras- que acompañan a los fenómenos esquizoparanoides y depresivos, y tolerar el proceso de duelo.

Para Bion la fe, entonces, deviene la cualidad esencial de la actitud psicoanalítica, a la vez método y momento salvador. Bion considera que «un desarrollo mental sano depende de la verdad, del mismo modo que un organismo vivo depende del alimento.

Nicolas Wright

Porqué nos aterran nuestros sueños?

Nuestros sueños y fantasías pueden ser tan extraños y contrarios a nosotros que pueden resultar aterradores. No es algo que estemos dispuestos a admitir fácilmente ante los demás y en muchas ocasiones, ni siquiera los aceptamos ante nosotros mismos.

Pero negarlos es perder una oportunidad de saber un poco más de nosotros.

CURAR LO OSCURO

AMARSE A UNO MISMO NO ES UNA TAREA SENCILLA PORQUE ESO SIGNIFICA AMAR TODO LO QUE HAY EN NOSOTROS, HASTA LO MAS OSCURO, AQUELLO QUE NOS HACE SENTIR INFERIORES, O INACEPTABLES. EL PRIMER PROCESO IMPORTANTE PARA LA CURACIÓN CONSISTE EN TOMAR CONCIENCIA DE ÉSTO QUE AL PRINCIPIO PARECE AJENO.