El inconsciente se ha convertido en un término ampliamente utilizado, pero Freud se refería a algo bastante específico. Rechazó la noción de una ¨segunda conciencia¨ y criticó la visión mística de que todos los humanos están conectados a un mismo inconsciente universal.
Freud estaba interesado en un inconsciente dinámico, compuesto de ideas que han sido expulsadas de la conciencia por un proceso de la represión.
Esto es muy diferente a las ideas que están fuera de la conciencia pero que pueden volverse conscientes con bastante facilidad, lo que Freud llamó preconsciente.
Una característica clave de la teoría freudeana es que las ideas pueden ser tanto inconscientes como activas al mismo tiempo. Tuvo cuidado de señalar que la represión no disminuye su intensidad. De hecho, afirmó, son los «representantes» de poderosos impulsos corporales que buscan satisfacción.
A pesar de no ser conscientes de ellos, continúan imponiéndose e influyendo en nuestras vidas, y la represión implica un esfuerzo constante por mantenerlos a raya.
Características del inconsciente:
Permite que ideas contradictorias coexistan.
Sus contenidos no tienen grados de «certeza» en la forma en que los tienen las ideas conscientes.
Las ideas inconscientes no están dispuestas en orden cronológico.
Freud describió un sistema complejo y altamente organizado que opera de acuerdo a las leyes del lenguaje.
Un método terapéutico:
A través de la asociación libre, Freud buscaba rastrear los desplazamientos y condensaciones que habían llevado a la formación de sueños, lapsus y lo más importante, los síntomas de los pacientes.