Los celos patológicos pueden darse en cualquier relación afectiva (amorosa, familiar o de amistad). Implican la concepción primitiva de que amar es poseer. Ser amado por un celoso o celosa implica aceptar su posesividad enfermiza .
Los celos acarrean sufrimiento, provocan ansiedad por la anticipación de la pérdida. El celoso teme que sus cualidades no basten para retener a su «otro significativo». De ahí la necesidad de controlar, intimidar y aprisionar.
Nicolas Wright