La Nueva Psico-Terapia

Un paciente en terapia puede mejorar debido a una gran cantidad de factores. Solo una parte de la mejoría corresponde con la intervención del terapeuta. La familia, otros factores del contexto y diversos acontecimientos de la vida o variables culturales , contribuyen de manera muy significativa. 

Ejercer como terapeuta me brinda el raro privilegio de saber lo que la gente realmente piensa, siente y hace, y además ser retribuido por eso. En la sociedad gozamos de un lugar como expertos en el misterio del comportamiento humano.

La práctica de la psicoterapia permite un estilo de vida en el cual el rol personal y el rol profesional  se complementan el uno con el otro.  Se fusionan ambos roles. 

Probablemente uno  de los beneficios de ser terapeuta es lo que aprendemos a diario. Cada paciente nos trae algo nuevo, algo diverso. Sobre cultura, religión, salud. 

Hoy , y gracias a las redes, nuestra llegada es mundial. Antes la consulta era semanal y presencial, hoy todo cambió para ser más flexible y remoto. Rompiendo el prejuicio de lo ortodoxo y brindando la mejor calidad psicoterapéutica posible gracias a la virtualidad, sin por eso deteriorar la práctica. 

Nicolás Wright
info@tuterapia.ar

La adicción al trabajo

Cuando las personas dejan de lado sus necesidades de tiempo libre, intimidad y familia y se convierten en una especie de máquina podemos decir que hay una cuestión un poco patológica en el mundo laboral.

Son hogares donde sólo se valoran los resultados y el único criterio para la autoestima es el éxito, hogares donde los niños heredan éste modus operandi como si fuera el color del pelo.

El problema es cuando comienza a fallar y se produce lo que hoy llamamos el «burnout».

Amar duele

El amor es un juego y, por lo tanto, en él se pierde y se gana. El amor supone que aceptamos sufrir por y a causa del otro, de su indiferencia, de su ingratitud o de su crueldad. El enamoramiento es distinto. Nos enamoramos de alguien esperado, ausente, soñado…

Pero hay parejas de larga duración. Continúan deseándose porque han podido trasformar el enamoramiento del comienzo en gratitud, en confianza.

Nicolas Wright

Depresión o tristeza

A la persona que sufre le cuesta investir. Vivir es arriesgar. Pero el sufriente siente que no puede arriesgar lo poquito que tiene. Incluso, atemorizado, recurre a desinvestir: retira la libido de los objetos, el entusiasmo, el interés. De los otros y de la realidad parecen venir solo afrentas. La indiferencia se convierte en escudo.

La tristeza es un sentimiento tan fundamental como la alegría. En la alegría nos sentimos plenos; en la tristeza hay una pérdida de la vitalidad. Pero desdicha no implica siempre depresión, son distintas.

La depresión implica una disminución de la autoestima y la tristeza no. La autoestima es el mejor indicador. Apunta a un valor del Yo.

En las depresiones esa angustia es avasallante, paralizante. En las depresiones dos elementos nunca faltan: una pérdida y la consecuente herida narcisista. El trabajo del duelo se traba.

Una manifestación del sufrimiento es el aburrimiento. El aburrido tiene pocas reservas psíquicas.

Nicolas Wright

Angustia. Miedo. Terror

La angustia es un estado que prescinde del objeto, se trata justamente de un peligro al que no se le puede dar un nombre. El miedo dirige la atención hacia el objeto y el terror es un efecto del peligro para el que no hay preparación. La angustia se refiere a al percepción de un peligro con «apronte angustiado», el terror pone de resalto el efecto de un peligro percibido «sin apronte angustiado». Tematiza variedades subjetivas según se haga presente «la preparación o no preparación» frente al peligro. Freud afirma que la angustia protege del terror.

El nódulo en derredor del cual se ha cristalizado lo remite a una impresión pretérita perteneciente a la prehistoria de la especie y no del individuo: el acto de nacer.

La angustia es la reproducción, entonces, de un antiguo suceso peligroso: está al servicio de la autoconservación y nace de magnitudes de excitación que se han hecho inutilizables.

La palabra angustia, del latín angustiae=estrechez, hace resaltar la dificultad para respirar, y corresponde al momento en que el nuevo ser se ha separado del cuerpo de su madre, prototipo de una vivencia de peligro que carece aún de contenido psíquico. Cuando se construye el «objeto madre», la pérdida de la percepción del objeto se equipara a dicho peligro: peligro a la pérdida del objeto (de amor).

¿Qué es el inconsciente para Freud?

El inconsciente se ha convertido en un término ampliamente utilizado, pero Freud se refería a algo bastante específico. Rechazó la noción de una ¨segunda conciencia¨ y criticó la visión mística de que todos los humanos están conectados a un mismo inconsciente universal.

Freud estaba interesado en un inconsciente dinámico, compuesto de ideas que han sido expulsadas de la conciencia por un proceso de la represión.

Esto es muy diferente a las ideas que están fuera de la conciencia pero que pueden volverse conscientes con bastante facilidad, lo que Freud llamó preconsciente.

Una característica clave de la teoría freudeana es que las ideas pueden ser tanto inconscientes como activas al mismo tiempo. Tuvo cuidado de señalar que la represión no disminuye su intensidad. De hecho, afirmó, son los «representantes» de poderosos impulsos corporales que buscan satisfacción.

A pesar de no ser conscientes de ellos, continúan imponiéndose e influyendo en nuestras vidas, y la represión implica un esfuerzo constante por mantenerlos a raya.

Características del inconsciente:

Permite que ideas contradictorias coexistan.

Sus contenidos no tienen grados de «certeza» en la forma en que los tienen las ideas conscientes.

Las ideas inconscientes no están dispuestas en orden cronológico.

Freud describió un sistema complejo y altamente organizado que opera de acuerdo a las leyes del lenguaje.

Un método terapéutico:

A través de la asociación libre, Freud buscaba rastrear los desplazamientos y condensaciones que habían llevado a la formación de sueños, lapsus y lo más importante, los síntomas de los pacientes.

Resistencias al análisis

Es todo aquello que, en los actos o palabras del analizado se opone al acceso de éste a su inconsciente. Esta se considera un obstáculo para poder comprender lo significados de los síntomas, un impedimento para la tarea analítica y una oposición incluso al mismo analista.

Los pacientes se resisten a la tarea analítica, de manera involuntaria, para salvaguardarse del dolor emocional que implican sus conflictivas. Es un fenómeno que puede causar extrañeza, desconcierto e incluso desesperación en el terapeuta, ya que se manifiesta como un actitud contradictoria en el paciente. Por un lado, consulta y pide ayuda para resolver sus problemas y , por el otro, hay una serie de situaciones que dan cuenta de lo contrario, por ejemplo, permanecer en silencio, llegar tarde, cancelar sesiones, etc.

Las resistencias en el análisis le suceden al paciente. Es éste quien tiene dificultades para dejarse ayudar y profundizar en sus conflictivas, y quien, inconscientemente, va «en contra» del trabajo analítico.

Sin embargo, tomando en cuenta que el trabajo analítico implica dos mentes trabajando con fenómenos del inconsciente, ¿acaso el analista no es también susceptible de oponer resistencias al trabajo analítico?.

De esta forma, el avance en el trabajo analítico encuentra también obstáculos en la mente del terapéuta.

Por lo anterior, es vital que los analistas tengamos un espacio analítico personal donde podamos trabajar todas esas resistencias. En la medida en que estemos dispuestos y logremos llegar a los contenidos más primitivos, conflictivos y profundos de nuestra mente, mayor posibilidad tendremos de lograr dicho contacto con la mente de nuestros pacientes y ayudarlos a progresar y desarrollarse emocionalmente.